El desarrollo de los cachorros

Periodos de Crecimiento:

Recién nacido: 0 a 2 semanas:

Son ciegos y sordos, utilizan el tacto y, sobre todo, el olfato para acercarse a la madre y mamar. Su primer alimento se llama calostro , es una «leche especial» por el que la madre transfiere a sus hijos los anticuerpos, es decir las defensas, que les protegen contra las enfermedades.Es fundamental que el calostro sea tomado cuanto antes y en la mayor cantidad posible, porque a las 24 horas el intestino del recién nacido madura y no deja pasar las defensas a la sangre.

Periodo de Transición: 2 a 4 semanas:

Sucede el desarrollo de los sentidos, se abren los párpados y los conductos auditivos. El cachorro descubre el mundo exterior.

Infancia o Periodo de Socialización: 4 semanas a 3 meses:

Esta etapa es fundamental en todos los sentidos. Se establecen los lazos de relación con la madre y sus hermanos, y también con el ser humano. Este periodo tiene una importancia vital para la estabilidad emocional de la futura mascota, que deberá relacionarse tanto con otros animales como con personas (niños, adultos y ancianos), para que su carácter en el futuro sea adecuado, alegre, obediente y fiel, nunca agresivo.

Madurez o Periodo de Desapego:

Es tan importante como la etapa de socialización, y es determinada por la madre (o el propietario), no por el cachorro.

En esta etapa, el cachorro debe madurar, y para ello ha de buscar su propio espacio. Aprenderá a quedarse solo, a controlar su fuerza al jugar, a no morder, cuando se puede y cuando no se puede jugar, etc.

Si esta etapa no se completa correctamente, tendremos en el futuro un animal caprichoso, capaz de atacar, que destroza los muebles, que orina donde no debe, etc.

 

Alimentación:

Durante las tres primeras semanas, el cachorro se alimentará exclusivamente a base de leche, siempre que sea posible la materna. Si tenemos que alimentarlo nosotros, la mejor opción es la leche adaptada comercial; si no es posible acceder a ella, podemos fabricar leche maternizada casera.

Fórmula de Hoskins

Perros:

▸ 120 mL de leche de vaca semi-desnatada.

▸ 120 mL de agua.

▸ De 2 a 4 yemas de huevo.

▸ 1 cucharadita de aceite vegetal.

▸ 1 gramo de carbonato cálcico.

Gatos:

▸ 90 mL de leche condensada.

▸ 90 mL de agua.

▸ De 3 a 4 yemas de huevo.

▸ 120 mL de yogur natural.

Cantidad:

Aproximadamente, la ganancia de peso debe ser del 10 % al día.

Frecuencia:
  • 1ª semana: Cada 4 horas.
  • 2ª semana: Cada 5 horas.
  • 3ª semana: Cada 6 horas.

A partir de la tercera semana, deberemos enseñarle a beber y pasaremos progresivamente a la comida sólida, primero como juego añadiendo unas bolitas de pienso a la leche.

Posición:

La postura fisiológica para el cachorro, es decir, en plano horizontal, como mamaria de su madre (¡no es un bebé!)

 

El primer día en casa:

Tendrá ya un lugar designado, con suficiente espacio, lejos de corrientes y humedad y convenientemente aislado del suelo. Debe de tener ya su comedero y bebedero.

No conviene agobiarlo en exceso, pensad que para él es una situación nueva y muy estresante: le han arrancado de su madre y está en un lugar desconocido, rodeado de unos seres enormes (nosotros) que no paran de sobarle por todos lados y de gritarle cosas que no entiende.

La primera noche es especialmente difícil para él, es una buena idea acercarle una botella de agua caliente envuelta en una toalla (mucho mejor si está impregnada del olor de su madre) y ponerle cerca un reloj de los que suenan (le recuerda al latido del corazón de su madre), o si no una radio con el volumen muy bajito para que no le asusten los ruidos nocturnos.

Cuidados Sanitarios:

Desparasitación.

Es la primera actuación sanitaria sobre nuestro cachorro. De hecho, debería de haber empezado incluso antes de nacer éste. La correcta desparasitación se inicia en la madre, porque ésta puede transmitir parásitos al cachorro por la leche o incluso vía placentaria.Actuaremos contra los parásitos externos, sobre todo pulgas y garrapatas, y contra los parásitos internos, nemátodos (lombrices) y céstodos (tenias). La frecuencia vendrá determinada por el estado del animal y por el riesgo que el cachorro tenga de contraer estos desagradables huéspedes.En general, la desparasitación la realizaremos cada mes o cada mes y medio durante lo seis primeros meses de vida.¡Ah, la leche no da lombrices!

Vacunación.

Existen muchas pautas de vacunación, pero será el veterinario quien decida en cada caso cuál es la más correcta.

En la mayor parte de los casos, el cachorro recibe dos o tres vacunas separadas dos, tres o cuatro semanas. La última vacuna deberá recibirla con doce o más semanas, para estar seguros de que su sistema inmune es capaz de responder y que no hay interferencia con los anticuerpos maternos (transferidos a través del calostro).

Los Dientes.

El nacimiento de los dientes sucede a partir de la 3º semana, primero los colmillos y, después, los incisivos. Son dientes de leche, que caerán a partir del 3er mes (primero los incisivos), y la dentición definitiva se completará aproximadamente al año de edad.

Paseos.

En este punto, sí hemos de decidir entre la conveniencia, mejor dicho, la necesidad, de que el animal se relacione y reciba todo tipo de estímulos externos y el riesgo de que contraiga enfermedades. Debemos buscar lugares tranquilos, que no asusten al cachorro, y sin grandes concentraciones perrunas para evitar contagios. Por tanto, los parques o plazas, al principio no están indicados.

Baños.

El baño es más una necesidad del propietario que del cachorro, y siempre habrá que valorar el riesgo que implica (enfriamiento, estrés). En caso de decidir bañar al animal, lo haremos con agua templada, evitando corrientes, con jabón o champú neutro y sin productos antiparasitarios. Es muy importante secarlo convenientemente, incluso con secador.

Por cierto, por bañar al cachorro éste no «coge el moquillo», como mucho agarrará un buen resfriado.

El cepillado, tanto en frecuencia como en los instrumentos adecuados (cepillo, carda o peine), depende del tipo de pelo que tenga el animal. Sin embargo, sí existe una regla general: ¡se cepilla el pelo, no la piel!