Los problemas relacionados con el comportamiento son una de las consultas más frecuentes en la clínica diaria. En ésta página, intentaremos dar unos consejos básicos para entender a su mascota y, a su vez, hacerse entender por ella.
¿Cómo reñimos a nuestro cachorro?
El castigo debe ser proporcionado e inmediato. Si es insuficiente, lo tomará como un juego; si es excesivo, el cachorro responderá con agresividad por miedo.
Cuando el castigo llega tarde, el cachorro entiende que está siendo reprendido pero no porqué. Utilizar el periódico enrollado, los palos o cualquier objeto no es una opción, puesto que frecuentemente acaban por tomárselo como un juego.
Una voz enérgica y una actitud amenazante, tumbar al cachorro panza arriba, sacudirlo por la piel del cuello…, son los métodos más eficaces, puesto que estamos imitando a la madre cuando riñe a su cachorro.
¿Cuando debemos dejar de reñirle?
Cuando el cachorro huye, se para, se tumba panza arriba, etc., está adoptando posturas de sumisión, ha entendido la reprimenda. También debe cesar el castigo cuando ha parado el comportamiento que lo originó.
¿Cual es el mejor momento para llevar al cachorro a casa?
Si se trata de un cachorrito de perro, la edad ideal son los dos meses. Así, el animal ha tenido tiempo de aprender el lenguaje de su especie y sabrá relacionarse con otros perros y perras. Cuando llegue a casa, es importante que se relacione con seres humanos de todas las edades, incluidos niños pequeños. Debemos enseñarle a no jugar con la boca y a comer de su comedero, pero aceptando que los propietarios (todos los de la casa) le retiren la comida o metan la mano en el comedero. Asimismo, debe tener un lugar adecuado y propio.
Los gatitos deben de tener al menos siete semanas. También debemos enseñarle a controlar la boca y las uñas. La forma más adecuada de reñirlo es con un golpecito en el hocico y un «bufido», haciendo lo que haría su madre de modo natural. En los gatitos está más indicado dejarle comer libremente que repartirle la comida en varias tomas.